Estrategia y crecimiento…

Lo peor de Mascherano es esa siembra cuidadosa, detallada y aferrada a la forma (*) del mascheranismo, una estética que adoran solo los soretes premium del tipo periodismo y otros garcas de alma.

(*) Narcisista, protectora del kiosco (fuente)

El fín de semana me ví una peli que tenía postergada hace rato. Esa película es Perfect Blue, del fenecido Satoshi Kon. No me voy a detener demasiado en el argumento del film –que habría servido de inspiración a El Cisne Negro sólo que sin la Portman ni la Kunis, aunque con gran ventaja argumental para el original-, pero sin spoilear demasiado, diré que destaca la tensión en una joven japonesa entre su pasado próximo como teen idol del pop y su futuro incierto como actriz «seria» en TV –que, a su vez, es una especie de «película del paso a la madurez» o del «fín de la inocencia» como algunas road movies yanquis-.

Ustedes, con razón, se preguntarán ¿y por que carajo este tipo habla de una película de animé en un post de fútbol? Y tienen razón (?), pero me hizo pensar en que ese acaballamiento entre irrealidades –siendo el ambiente futbolero, a su vez, uno donde ciertos seres permanecerían en la pubertad hasta los 40 años por eso muchos ahí se vuelven garquitas– termina pasando factura cuando a uno de esos personajes se les da la responsabilidad de conducir a un grupo de pibes –también cuando está al frente de adultos, pero en ese caso el personaje nunca dejó de actuar como una mezcla de un Redondo ficticio y el hijo de Zanquilargo en Braveheart (?) también podría entrar esta semana cierto DT de equipo grande que se viste y lookea como el malo de Kindergarten Cop, pero no adelantemos conclusiones (?) -.

Si, estamos hablando de Mascherano. Un tipo que, mas allá de sus méritos como deportista –menores a los que se cree– nació casi como un gemelo especial –menos carismático, y por eso menos «popular»– de Carlos Tevez –no resulta tan azaroso que un garcalavador iraní los haya comprado a ambos al mismo tiempo-. La diferencia es que Tevez, además de una carrera mas irregular en la Selección, fue mas coherente con su humo primigenio, mientras que Mascherano empezó a mezclar su humo de enjundia –que tuvo su punto álgido en las semis del Mundial 2014– con un humo mas de «intelectual de café«: una mezcla de Bielsa, Steve Jobs y Guardiola –quien, supuestamente, le habría transferido parte de su aura cuando se lo trajo al Barcelona (olvidando que su función en aquel equipo era mas física que intelectual, y además muy poco trasladable a un equipo de otras caracteristicas)-. Al menos Mima Kirigoe optaba por algo (?).

Y si eso ya era poco halagueño como jugador, sobre todo en su ocaso –un ocaso con una innecesaria humillación en Rusia y un retiro casi silencioso en Estudiantes-; en un cargo de responsabilidad no parecía que fuera a mejorar. Así, agarrando las riendas del sub-20 (después de un bizarro cargo al frente de la «estrategia» y el «crecimiento» dentro de AFA que recuerda a la Subsecretaría de Políticas Públicas Basadas en Evidencia de cierta intendencia glorificada), el ex-River, Corinthians, West Ham, Liverpool, Barcelona et al (?) se preocupó mas por el discurso y el muyo de los valores –es decir, en cultivar su imagen de seudo gurú de libros de supermercado y propagandas de bancos– que en aquello para lo que le estaban pagando: armar un equipo de fútbol que juegue a algo.

Y ese es el gran debe: una mirada resultadista nos dirá que se quedó afuera del Mundial en la fase previa de un Sudamericano –logrando dejar a UnVueltito al Larry Burns del clan Grondona (?) como un tipo serio-; que un acto de antisionismo militante de Indonesia y una rapidez negociadora de Tapia le dió una segunda oportunidad con un Mundial de local, y que ni siquiera con un grupo digno de Brasil en Mundiales de mayores le alcanzó para pasar de octavos de final. Pero una mirada mas atenta dirá que en toda su gestión jamás se vió a un equipo que nunca proyectó una idea de juego firme, sino una mezcla de manierismos sobre un fino colchón de extremos morfones con guarnición de un arquero de mierda (?) –quien encima, tuvo una defensa tan berreta que se comió dos goles calcados de un recurso rival que deberían aprender a superar desde las formativas de sus clubes-. Un equipo boludo, sin cohesión, que sólo «mereció» un empate ante Nigeria por el espejismo de intenciones –porque no arrinconó a Nigeria, sino que hizo lo que Nigeria quiso y ni siquiera pudo aprovechar a una defensa africana que no era tan buena para permitirse esa postura-.

Todo esto, por supuesto, suponiendo que Mascherano es víctima de las circunstancias y no un simple turro que hace en menos de cinco años lo que al Checho Batista le tomó casi veinticinco. Me gustaría suponer que el «jefecito» no es taan boludo sobre todo porque tiene una cuenta bancaria que no lo obliga a pasar papelones. En cualquier caso, cuidado con los managers y los representantes…

Lo bueno es que podemos tener nuestro propio Me-Mania en el BIK, stay tuned (?)