Horroris Causa: Mal paga el diablo a sus fieles.

Estimados contertulios; luego de volver del descanso nos sentamos en el trabajo remunerado para reiniciar las labores pagas Y en los tiempos muertos del servidor (?) retomar la labor investigativa en afán de entreteneros e informaros (?). Es así que, a día de hoy (10 de enero Anno Domini (?), no sé cuándo será publicado éste aporte, aquella responsabilidad recae en nuestro maquillado líder) quien escribe éstas líneas se topa con una historia de fútbol, doping, encumbrimiento, huída y traición (?), así que pónganse cómodos que en éste nuevo año traemos a vuesas mercedes una historia que MERECEN leer: Los afortunados cálculos de Micky «María Iguana» Arroyo.

Michael Antonio Arroyo Mina (Guayaquil, Provincia del Guayas, Ecuador, 23 de abril de 1987) es un futbolista ecuatoriano, centrocampista o delantero y su equipo actual es -en papeles- el Barcelona S.C de Ecuador. Interesante volante gambeteador, con fuerte disparo y sprint furioso, Gambetita comenzó a destacar en el plantel 2006-2007, un Emelec de desconocidos y juveniles. En 2008 fue sancionado por doping, su gusto por todo lo que marea quedaba expuesto por primera (pero no última) vez. Sancionado por un año (al ser primera vez) su castigo fue reducido a seis meses y ya sin vínculo con el conjunto eléctrico firmó en 2009 con el Deportivo Quito. ¡Oh sorpresa! el equipo del entonces mandamás de la FEF: Luis Chiriboga Acosta. Aquella escuadra spared no expense(?) y se armó hasta los dientes con el objetivo de revalidar el título 2008 ganado 40 años después de la anterior y quizás lograr algo a nivel internacional, logrando el bicampeonato para alegría de los de la plaza del teatro, aunque debiendo en el plano continental.

Yo no eh, yo no…

Siendo figura destacada pegó pase a México vistiendo la playera (?) de San Luis, Atlante y América, con un paso en 2012 por Barcelona SC campeón y figura en aquel año. También tuvo paseó por Porto Alegre, alternando buenas y malas en Gremio, pero para vuestro disfrute nos centraremos en éstas últimas: lo disciplinario parecía ser su talón de Aquiles. Entre las malas lenguas siempre se mantuvo el rumor de que Micky jamás dejó el vicio que le costó su suspensión en el lejano 2008, y que el pase al conjunto torero en 2012 se dió en parte por el pedido nostálgico de la noche guayaquileña del jugador así como un deseo de los mexicanos por desprenderse de un jugador conflictivo, amigo de doña María y que percibía ONEROSOS EMOLUMENTOS.

Tiene barrio, igual que Calito (?)

Ya en Guayaquil, Micky engranó perfectamente en un ambiente de salsa, tragos y sustancia esquema donde el ataque pasaba por él y Damián Díaz. Aquello hizo que comience a ser llamado a la selección nacional siendo su punto más alto integrar la lista del mundial del 7 – 1, donde es recordado por el partido frente a Suiza disputado en el Estádio Nacional de Brasília Mané Garrincha. (Su fallo en el último minuto ocasionó el contragolpe de los relojeros y posteriormente la derrota que dejaría sin chances a los tricolores).

Durante su último periodo en el conjunto amarillento, Micky una vez más acusaba irregularidad, se notaba como confuso, confundido, comfortably numb (?) Y así, las dudas no hicieron sino incrementarse puesto que en el clásico del Astillero del 14 de octubre de 2018, Micky saldría sorteado para el control antidoping pero a pocos minutos del final, salió lesionado y fue directamente a una clínica privada. La victoria 1 – 0 sobre el rival de patio quedaba opacada por la huida Enner Valencia Style del volante barcelonista, quien como buen vendedor de humo, usa todos los medios conocidos y por conocer (?) para demostrar su fanatismo por el canario. Así, mientras la fanaticada local festejaba el triunfo, el cuerpo médico de Emelec hacía notar que nuestro protagonista había sido sacado del estadio sin dejar la muestra para el control antidoping, todo esto con (más que obvia) complicidad de tanto DT (que se hizo el loco cuando le preguntaron por el jugador en la rueda de prensa), dirigentes (que presurosos salieron a respaldar a su jugador) y médico del bs¢, quien lo acompañó en la ambulancia hasta una clínica local para la «evaluación» de una lesión.

Enner influencer (?)

Horas después, hecha la notificación a la FEF, el delegado de dicha institución acudió a la clínica donde estaba internado Arroyo y tomó la muestra respectiva. Dicho acontecimiento generaba indignación por parte del sector azul de Guayaquil (quiénes veían en la acción claro de evitar el control o cambiar la muestra por una «sana», ya saben «Jugar Barcelona») y burlas de parte de la parcialidad amarilla (quienes calificaban a la secuencia de hecho desde la chanza «eh, le quieren ver el muñeco al miqui» hasta «malos perdedores, quieren ganarlo en el escritorio…«).

Días (y una microcirugía) después llegaba la confirmación: doping de un jugador de Bs¢. Rápidamente y en afán de mostrarse firmes en la postura y solidarios con su jugador, la directiva canaria apuntó a esclarecer los hechos que mostraban inconsistencias y contradicciones en el relato, así por un lado; el representante del jugador dijo que el futbolista tenía cálculos renales y culpaba al cuerpo médico canario por el uso de sustancias que podrían dar positivo en doping; la directiva no hacía precisiones sino que se aferraba a la versión de la lesión durante el clásico y el jugador prefería dejar «todo a Dios» e incluso se mostraba desafiante ante las preguntas de los periosidas. Precisamente éstos últimos serían quienes más capitalizarían el escándalo: horas y horas de radio/tv y miles (?) de páginas mostrando a Arroyo como víctima/criminal según del lado que se encontraban en la progresiva boquirriverización (?) de la prensa ecuatoriana.

Antes…

Según el médico que salió en su defensa, el ¿ex? futbolista sufre de transtorno de ansiedad (desde el 2016) situación que hacía que se le administre un faso cada tanto tratamiento con mirtazapina, la cual tiene entre sus efectos secundarios cuenta a los cálculos renales. La sustancia hallada en el examen fue identificada como hidroclorotiazida, un diurético que suele ser usado para eliminar/enmascarar el uso de sustancias prohibidas, así como por boxeadores para perder peso previo a un gran combate.

Éste escriba no es médico (y si hay uno entre los parroquianos por favor aclarar el caso) pero en el fútbol profesional la exigencia es tan alta que durante un partido via transpiración se puede perder hasta 3 litros. Desconozco cuán peligroso sería consumir diuréticos estando expuestos a dicho esfuerzo, eso sin contar el calor asfixiante y la humedad de la sofocante Guayaquil. Hay que saber mentir Michael. (?)

Con los resultados públicos, era evidente que se trató de esconder o proteger al futbolista. Confirmado el doping sólo quedaba saber la sanción para Arroyo. Por un lado, el reglamento del Campeonato Ecuatoriano 2018 establecía que «en caso de reincidencia en uso de sustancias prohibidas la sanción sería suspensión de por vida» y por otro lado la FIFA apuntaba a «una suspensión del doble de la previa sanción» así que, misericordiosos como son con el Bar¢e (?) la FEF se acogió al estatuto FIFA suspendiendo un año calendario a Arroyo. (6 meses, de un año que se estableció inicialmente. 6 x 2 = 12. quod erat demonstrandum) Lo gracioso del caso fue la sanción para el médico del club, quien trasladó a Arroyo a la clínica, fue de 2 AÑOS.

Pero la cosa no terminaba allí. Descartado el pedido de los puntos en el escritorio, en el país Azteca se hacían eco de la nueva sanción del ex América, ante lo cual también rondó el rumor de la posibilidad de pérdida del título de las Águilas, situación que no llegó a buen puerto por extemporánea. Pescando a río revuelto part II.

2018. Michael Arroyo huyendo en ambulancia después de un clásico contra Emelec, hinchas barcelonistas: "Déjenlo en paz, ese ángel solo tiene cálculos renales" (Y se reían).
2020. Michael Arroyo demandando a bsc por 8millones, la misma hinchada: "Fumón hpta!, marihuanero!"

— Anthony Suarez (@AnthonySuarez80) January 10, 2020

Y sí…

Hasta acá todo parecería el enésimo relato de un talentoso falopero. Pero recién la bola de nieve comenzaba a rodar. Ante una directiva que acusaba un cisma, se sumaba la sanción de su jugador más caro, pues Arroyo había firmado un ALTÍSIMO contrato hasta 2021. Tener en dique seco al jugador con mayor salario era un costo que no podían afrontar. Las renuncias comenzaron a llegar y los reveses judiciales eran pan de todos los días en el conjunto amarillo. No se podían arriesgar a una nueva demanda, la situación ya era delicada, Cevallos había reconocido que habían pagado casi 20 millones por demandas antiguas. Extraoficialmente se había conocido que Arroyo estaba dispuesto a rescindir el contrato a cambio del pago de una deuda que existe por concepto de primas, traspaso y premios del 2018. Lo cual no progresó por falta de fondos. Fue separado del club y cumplida la sanción (reducida a seis meses por «no ser estupefaciente la sustancia encontrada») terminó jugando en un campeonato amateur.

Y después el silencio ensordecedor… Hasta que unos días atrás se conoció la demanda.

Que demanda que se le viene a Barcelona por parte de Michael Arroyo, $8'396.500 (OCHO MILLONES TRESCIENTOS NOVENTA Y SEIS MIL QUINIENTOS DÓLARES)

Aún no hay pronunciamiento de la directiva al respecto pic.twitter.com/0eFI9cGgzG

— JoseFreireGuti (@JoseFreireGuti) January 9, 2020

Se les vino la nocheeeeeeeee: Nótese que más de la mitad (4.5 millones) corresponde a daños y perjuicios.

Todo ésto en un club que no descendió por deudas gracias al oportuno cheque de un directivo de la LigaPro (SuperLiga Ecuatoriana) y que semana a semana quedaba expuesto a no jugar o perder los puntos en la mesa. Luego de la asunción de Carlos Alejandro Alfaro Moreno, el novel presidente (y ex vicepresidente de Cevallos) anunció que la auditoría contratada encontró un pasivo superior a los 45 millones de dólares. Por una cuarta parte de aquello el Deportivo Quito hoy está en tercera categoría. (Ascendió desde el amateurismo, a dónde cayó en 2019, pero por deudas comenzará el campeonato 2020 con -6 puntos). Y mientras tanto Micky, espera por los 8 milloncitos… ¡QUÉ BUENOS CÁLCULOS!

Después…